Decir que un juego es el mejor de la historia, es simplemente exagerar, hay que medir bien los tiempos y utilizar hábilmente los términos, pues cada jugador es sensible a esta afirmación y guarda en su corazón un top de juegos que le han podido marcar por diferentes motivos: su historia, su originalidad, su diversión, o el mero hecho de haberlo jugado con alguien... Sin embargo, hay un juego diferente entre todos ellos, uno que emerge altivo sobre los demás haciéndoles sombra y, en ella, combaten por acercarse o aferrarse a lo que éste representa: una auténtica obra maestra.
Un juego sin cortes, episodios, ni fases en el que hacemos un pacto con un dios ancestral: buscar y dar caza a dieciséis gigantescas criaturas a cambio de devolver la vida a nuestra amada. Cada lucha, más épica que la anterior, nos lleva por una historia llena de soledad, angustia, y fatal desengaño.
Benditos los que lo han jugado, malditos aquellos que lo hemos terminado porque caímos en la trampa. (10)
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