Con paso firme por ascendencia y con perseverancia por frontera, el rubio platino, el pseudo-nazi de nuestro campeonato, volvió a dar un golpe de autoridad sobre la mesa. Ya son treinta y tantas, y ya no queda mesa. Los demás comen del suelo, engullendo y zampando tanto como les quepa en la boca porque lo ha demostrado en cada prueba: Jordán no deja ni las migas.
Esta vez, además, gran parte de los esparcidos restos, los acaparó su compañero de equipo "Peperoni", que no sólo hizo una brillante carrera quedando cuarto sino que dejó sensaciones de progresión más que evidentes. El veterano "spaguetti" de la parrilla linda ahora con la victoria, y se contonea entre los más grandes que estupefactos lo ven pasar y dudan si luchar o desistir, bien por justicia divina o por miedo, pues nadie sabe hasta donde llega la ambición de "la familia".
El que estuvo más cerca del "Dios del volante" fue el colombiano de hielo, Jacob "The Iceman", que volvió a subirse al podio y se postula como la alternativa a una improbable pájara del campeón. Sus nervios de acero le hicieron mantenerse firme a la acometida final de su compañero Manolo "El Cojo" que aspiraba a moverle el trono a Jordán pero que fracasó como tantos otros antes que él. Su accidentada carrera, su equívoca estrategia y una noche de drogas y prostitutas transexuales fueron demasiado incluso para el bueno de Manuel.
Detrás de Pepe llegó el hindú más querido de la Fórmula Paralela, "Rosquete" Jongz que entró en una fabulosa quinta posición y que dio un recital de saber estar sobre la pista. Constante y sin ningún error hizo valer su condición de piloto infranqueable manteniendo a raya a Rafa "la onda", que naufragó en Malasia.
En esa sexta plaza habitó don Rafael que se codeó toda la semana con los de arriba y que terminó lamiendo el culo de los más lentos entre los más rápidos. De su progresión y talento ya no se espera otra cosa que no sea el podio y así se lo han hecho saber en McLaren donde lo han amenazado con mandarlo a correr el Torneo del Gran Turismo del Barrio del Toscal. Terrible e inhumano, sin duda.
Séptimo fue El Power, otra decepción, que repitió la estrategia de Melbourne, yendo de menos a más. Llegó a ir último, e incluso a falta de 7 vueltas tuvo que cumplir con un drive trought, pero nada puede con el ímpetu final de este adolescente que ve en el podio la posibilidad de "pillar cacho" con las azafatas. Todo un poder de la naturaleza este muchacho que de tener más cabeza y menos "testiculina" podría llegar lejos este campeonato. Naufragó como Rafa, y a pesar de salir tercero no pudo subir a los cajones, ni trincar teta.
Octavo y noveno fueron los Red Bull, Killuminaty y Golden Bill hicieron una carrera sobria pero constante. Un accidente que desintegró el alerón del americano le privó de acabar más adelante y tuvo que rogar a su compañero que le cediera la posición en la linea de meta. Avaricioso y mentecato como siempre, el uraño lisiado testicular vuelve a sumar casi sin hacer nada y nos quedamos con las ganas de saber hasta donde podría llegar el día que deje de imitar a "Grumpy" y se dedique a correr.
El turco, por su parte, volvió a demostrar que no iba de farol en Melbourne y que venderá cara su adicción a la suma de puntos. Golden Bill ha vuelto y lo ha hecho como no se le recuerda. Atrás quedan las marañosas maniobras y diversas trampas que oscurecieron su reputación. Ahora nos queda un piloto brillante que impone su ley dentro de la cuadrlla de los "berlingo".
Décimo entro el temible gigante, Frankismerio Dragonov, que luchó con orgullo por entrar en los puntos con Tarrier, Golden y Killuminaty. Al final varios errores puntuales le privaron de quedar más arriba a pesar de ir más rápido que sus predecesores.
Undécimo entro Edgar Tarrier que sigue desconocido. ET ya no es el que era, y su bala plateada ya no destellea como antaño, más bien se funde al ritmo de una bombilla que agoniza y que espera a la oscuridad para encontrar descanso. Está de luto McLaren que va a agotar su presupuesto en inscripciones para los torneos del Toscal.
Duodécimo fue el también francés Albert Apple, que hizo gala de su apodo "el pollo atroz" y revolucionó los primeros giros en Malasia. Los que pudieron adelantarle tendrán que frotar duro la gruesa raya marrón que les adorna la parte trasera del mono. Diarreicos sustos impartidos con maestría, vendió cara su posición y se las mantuvo tiesas con Doramas, que tendrá que tomar 250 ml de Transilium para conciliar el sueño después de lidiar con semejante pareja de baile.
Estuvo reconocible el grancanario, que vuelve a cogerle el pulso al campeonato después de una corta travesía por el desierto. Consciente de lo caro que están los puntos este año, Doramas dió muestras de su condición inconformista. El líder del clan de las rameras volvió a recuperar sensaciones y mira al horizonte con optimismo.
Último llegó Ce Lee, que realizó un fastuoso estreno y al que hubo que reducir en el paddock cuando se disponía a realizarse el harakiri. Sintiéndose deshonrado y tras tanta expectación creada, el futuro del piloto japonés se muestra incierto. El sensei salió derrotado de Malasia pero como el gran maestro Mighagy dijo una vez "dar cera, pulir cera", pues esto no es como empieza sino como acaba.
Y en esto se está convirtiendo el campeonato de la Fórmula Paralela, en una enseñanza continua para todos, donde cada uno mira a su alrededor y sólo ve intensa competitividad. Estamos todos luchando por lo mismo, por superarnos y encontrar nuestro sitio soñando con nuestro momento de gloria...
Demasiado bailarín y muy poco asiento. Bienvenidos todos al juego de la silla y atentos porque la música puede dejar de sonar en cualquier instante. Busquen rápido una butaca y olvídense del trono, porque ya está cogido. Bienvenidos a la Fórmula Paralela donde el que no corre...