La pasada entrada en el blog quise analizar el famoso Cup Head un juego característico por su elevada dificultad. Hoy os quiero dar mi opinión sobre el célebre Dead Cells y el género roguelike que cada vez coge más adeptos. En un breve resumen, este género simplemente consiste en que al morir siempre empezamos desde el principio, en este caso, en el principio del castillo.
Aunque esto no es exactamente así, nuestras habilidades y objetos desbloqueados sí se guardan, aunque no formen parte de nuestro equipamiento en una nueva partida sí lo serán en el desarrollo de la siguiente aventura, así como el desbloqueo de atajos o mejoras en los diferentes objetos a mejorar.
Pretendía Dead Cell ser un nuevo metroidvania, que al combinarse con el desafío de ser un roguelike, ha dado lugar a un nuevo subgénero: el roguevania. Y eso es lo que es Dead Cells un juego fresco, con un apartado pixel art espectacular que remueve lo más intimo de un ochentero y que supone una innovación en la combinación de diferentes géneros... y juegos. Vemos en él reflejos de Castlevania y Metroid, también vemos una clara inspiración en Dark Soul en el sistema de combate, al esquivar o rodar (un acierto épico), y una dificultad y color muy Ghost and Goblins. Y todos esos son demasiados buenos ingredientes como para poder resistir la tentación de este Deade Cells, aunque esto implique morir una y otra vez. (6)