Hoy Killzone 3 es para Sony mucho más de lo que debería ser. Su carencia de originalidad es su auténtico punto fuerte aunando de manera magistral características que han diferenciado a sus competidores. La campaña es dinámica, llena de adrenalina y raya a la de los últimos Call of duty, mientras que su online ha sabido recopilar la esencia del majestuoso Bad Company, todo esto impregnado con el aspecto futurista que caracteriza a la saga y que rivaliza con el del universo Halo. Jugando multijugador no he podido evitar sensaciones que en antaño viví con Gears of Wars, y eso, para mí, son palabras mayores.
Decía que Killzone es mucho más de lo que debería ser porque llega, seguramente, tarde para completar un exclusivo tridente junto a Uncharted 2 y God of War 3 que debería haber sido el estandarte de la Playstation de Sony en esta generación. Microsoft contó con Halo, Gears of War y Fable prácticamente desde el principio, y es que, en una partida de cartas, dejar los ases para el final no es siempre la mejor opción.
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