Snow Bros es un maravilloso arcade de los años 90 que marcó mi infancia. Esta recreativa, situada en el bar de la esquina de mi calle donde mi padre nos solía desterrar durante horas, hizo que mi hermano y yo dejásemos de lado nuestra rivalidad por una sola vez para adentrararnos en esta aventura cooperativa llena de seres mágicos y poderosos susceptibles, únicamente, al poder de la nieve y la amistad.
La mecánica de Snow Bros es bastante sencilla: una sucesión de mundos en forma de pantallas estáticas llenas de plataformas y el único objetivo de liquidar a todos los enemigos que se nos presentan usando nuestra habilidad básica de transformarlos en bolas de nieve y lanzarlos unos contra otros (obtendremos una bonificación si los derribamos a todos con una sola bola). Podremos potenciar nuestro poder a base de cuatro pociones mágicas (roja, azul, amarilla y verde) que nos darán velocidad, potencia de tiro, longitud del mismo e invencibilidad. Al final de cada mundo habrá un gigantesco enemigo que venceremos a base de avalanchas de nieve, destreza y habilidad.
Un juego único, tan simple como adictivo, que es prácticamente un desconocido para el mundo del videojuego pero que tuvo a bien adoptar a dos niños huérfanos de compañerismo (para los que dicen que los videojuegos no son educativos) y que hoy en día todavía lo veneran. Gracias hermanos de nieve. Gracias hermano. Siempre juntos, porque juntos somos mas fuertes.
(Jugado en placa Jamma en los años 90 con Nacho y rejugado en mi recreativa para el reto "52 semana 52 juegos")
(Jugado en placa Jamma en los años 90 con Nacho y rejugado en mi recreativa para el reto "52 semana 52 juegos")
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